Error médico y mala práctica médica

    Un aspecto primordial para establecer la responsabilidad médica en cualquier proceso legal es saber si hubo error médico y/o una mala práctica médica y su relación causal con el daño o muerte de una persona.

    El error médico es una incorrecta o desacertada interpretación de los parámetros científicos para el diagnóstico y tratamiento de una enfermedad, no es causado por la mala fe ni existen causales de culpabilidad (negligencia, impericia, imprudencia o inobservancia de la normas o lex artis). Por lo general un error diagnóstico conlleva a un error terapéutico. Ejemplos de error médico es el caso de un paciente con dolor abdominal agudo localizado en fosa iliaca derecha, con un adecuado tiempo de evolución, con signos de irritación peritoneal y estudios de laboratorios sugestivos de apendicitis aguda, le practican apendicetomía la cual resulta normal.

    La mala práctica médica corresponde a la indebida práctica profesional con cualquiera de las causales mencionadas anteriormente, por ejemplo habrá negligencia cuando el profesional no acude oportunamente para la atención de un caso de urgencias o cuando no obtiene el consentimiento informado, será imprudente cuando somete a cirugía programada sin haber realizado los estudios prequirúrgicos necesarios, será imperito cuando efectúa un tratamiento de cáncer sin tener los conocimientos especializados e incumplirá las normas cuando se aparta de la lex artis, protocolos, reglamentos o guías de manejo sin justa causa.

    Para que prospere un proceso legal (penal, civil, administrativo) es necesario demostrar si el daño fue producto de un error médico o una mala práctica médica, tanto el denunciante o demandante deberán tener los elementos suficientes para demostrar su tesis, y por supuesto el profesional de la salud deberá contar con sus medios probatorios que le permitan demostrar que se trató de un error médico involuntario, que se utilizaron todos los medios al alcance para disminuir el riesgo de error, que la ciencia médica permite tal incertidumbre, y en ocasiones que se identificó y se trató oportunamente.

    Los dictámenes periciales fundamentados en el análisis de la historia clínica son los medios probatorios por excelencia para dilucidar si realmente se trató de un error médico o mala práctica.

     

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